La máquina de hacer Cringe

Por David Bustamante

En unos meses debería volver Orden Lucha Libre a la televisión, lo que el año pasado era una novedad, hoy es más común aunque todavía sin masividad. Lo que debería ser una alegría, OLL se ha encargado de que se convierta en una preocupación.

Repasemos la primera temporada, hubo un consenso general en las opiniones de que la calidad de la lucha fue buena, en el nivel de la lucha actual, pero con cero construcción. Si vemos el primer episodio y sus protagonistas, luego vemos los últimos, no hay grandes cambios y en cualquier relato eso es imperdonable. Si buscas masividad lo más importante es construir figuras con que la gente se identifique, OLL no solo no lo hizo, sino que aprovechó la popularidad de luchadores en otras promociones para ponerlos en el primer plano, olvidando que siguen siendo de nicho, sin darnos ninguna chance de que esto llegue a gente fuera de los seguidores habituales de la lucha nacional. Curiosamente los mejores personajes de esa temporada no lucharon, Mr. George y Rachel; lo que demuestra que esto no tuvo una mano que condujera. Para la segunda temporada era válido pensar que con ese mismo roster, con un buen booker la cosa podía mejorar… al parecer no pasó.

Está bien, hay que dar el beneficio de la duda, pero desde que OLL comenzó a preparar esta segunda temporada, parece que volvió a las bases, a sus inicios, cuando hizo shows con 10 personas en Valparaíso. Luchadores de calidad discreta, promos grabadas con un celular en calidad bajísima, el gran gancho son influencers que la gente sigue, es cierto, pero como un chiste, para reírse más que para admirar, gente que le baja el perfil a tu producto, no lo potencia. Dudo que alguien admire realmente al Princeso y diga “veré este show de lucha porque aparece él”. Para finalizar, creadoras de contenido, buscando potenciar sus redes, pero que no tienen ninguna afinidad con la lucha.

Hay una realidad distorsionada en la cúpula de OLL, nos quieren presentar como “luchadores consagrados” a gente que no lo es, quieren vender el show con “estrellas” que no lo son, quieren mejorar el bookeo con gente no preparada para esto y así. Espero equivocarme, pero hasta ahora OLL más que generar expectativas es una máquina de hacer cringe, de vergüenza ajena, de morbo. Y cuando haces todo mal, es difícil que el producto final salga bien. Con el perdón de los presentes, cagar en el lavamanos es menos ordinario.

Esta columna es original de la revista digital Tercera Cuerda, puedes leerla pinchando aquí.


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