“Presentar como ‘el futuro’ de la lucha libre a pibes que tienen años luchando me parece una excusa muy mala para no aceptar que el resto de tu roster es el pasado y no el presente.”
Cuando escribo esto estamos a semanas de que la primera emisión de 100% Lucha (mítico programa argentino) cumpla 20 años. Dos décadas desde que Telefe nos presentó el que fue, para muchos, su primer contacto con el hermoso arte de la lucha libre. Luego de tanto tiempo vimos algunas estrellas abandonarnos, otras saber dejar las cosas atrás y avanzar, y algunas que no se dieron cuenta de que ya no les queda luz por brindar. Yo soy Frankie Cepeda y hoy doy un paso al frente para comentar el proyecto 100% Evolution, aquel que fue anunciado con bombos y platillos como el nuevo regreso del legendario programa.
La presentación tambalea en su calidad, porque si bien los videos de introducción de los luchadores se ven bien y las pantallas cumplen su función, el resto peca de pobre: los títulos, los nombres, los “guiones”, el uso de LA MISMA PUTA FOTO QUE USA VILONI HACE MÁS DE 15 AÑOS. Y entiendo, entiendo que la búsqueda de lo viral es constante (no por nada ahora están imitando publicaciones como si fueran noticias de TN, el medio de noticias argentino), que vienen de la experiencia en redes sociales de Pleito Castillo (el patova de TikTok, quien sabe tener más de 100k de seguidores en dicha plataforma). Pero la repetición, la inconsistencia, el no saber comunicar si es 100% Lucha, si es algo nuevo, lo mismo o un homenaje, y la sobresaturación del uso de inteligencia artificial para prácticamente TODO, no hacen más que poner a uno a sospechar de la calidad del show.
Luego de tanto tiempo vimos algunas estrellas abandonarnos, otras saber dejar las cosas atrás y avanzar, y algunas que no se dieron cuenta de que ya no les queda luz por brindar.
Y el mismo no se defiende por sí solo tampoco, empezando por la desorganización en la comunicación: desde qué luchadores van a estar y quiénes no, cuántas luchas va a haber, cómo se llaman los luchadores, hasta el precio de las entradas. Solamente guiándonos por el feed del perfil oficial de 100% Evolution vemos que todo es un cambalache: clips de un podcast (que poco tiene que ver con la agrupación, ya que solo es para darle visibilidad al proyecto de sus productores), repeticiones del show aleatorias que no se sabe dónde se pueden ver o si se van a poder ver en algún momento, noticias falsas creadas por ellos mismos… es todo tan “lucha libre argentina tradicional”.
Luego llegamos al día de ver lo que tienen para ofrecer y uno no termina más que decepcionado. Envidio a todo aquel fan de lucha argentina que ve esto y tiene fe, que no ve que otra vez papá se puso borracho y está haciendo papelones enfrente de tus amigos, amigos que no van a querer volver más a visitarte. Porque no voy a mentir: el fan de lucha libre argentina, el que sigue viendo en Viloni una promesa mundial y no una leyenda que ya está dando sus últimas batallas, está fascinado con un show que solo tiene un puñado de luchas, y que llama “nueva era” a un grupo de cuatro luchadores que pasan la barrera de los 40 años. Se fue contento pensando que esto puede llegar a la tele y sin saber que, para que en el video se vea como si hubiera una gran masa de gente, el 70% de los asientos fueron ocupados por gente que fue de arriba. Pero spoiler: ese fan es el que menos va a shows de lucha libre nacional. Pero no quiero distraerme, ese es tópico para otro día.
Volviendo al show, perdón por mi crudeza, pero presentar como “el futuro” de la lucha libre a pibes que tienen años luchando me parece una excusa muy mala para no aceptar que el resto de tu roster es el pasado y no el presente como ustedes creen. Ya está muchachos, me decepciona porque en ustedes podría estar un gran profesor, aquel que tenga la posibilidad de crear a los luchadores del mañana. Pero no, solo son un grupo de personas que no saben soltar, que no saben que ya se terminó, que tienen un ego tan grande que a pibes como Maikol, MKO o Chuck Dixon —que tienen años de experiencia— quieren cambiarles el nombre por miedo a que ustedes “sean usados” para buscar fama. Que tienen el ego para ponerse en el flyer del show del mismo tamaño que Viloni y La Masa, que son íconos de la cultura nacional. Un ego tan grande que no entienden que decir que el show “es como una pija enorme” es porque creen ser lo deseable, pero los que entienden saben que solo luce bien en fotos y prefieren alejarse. Pero hablando de ego…
En nuestro presente, que nos tiene acostumbrados al silencio en los shows para que sean los luchadores los que levanten al publico, este espectáculo nos trae la compañía constante y avasalladora de Husni, relator y creador del programa 100% Lucha, con una larga experiencia en medios. Uno no sabe del poder de un relator hasta que deja en ridículo cualquier movimiento que se haga en el ring, por más asombroso que sea. Ese poder lo tiene Husni: el poder de cambiar las reglas de una lucha sin avisarle a los luchadores que ya están presentes delante del público, el poder de dejar mal parado a cualquier pibe que se pare en medio de ese cuadrilátero, el poder de básicamente tirar los años de experiencia que tiene el árbitro Carmona a la basura porque ahora es reconocido por él y todo 100% Lucha.
¿Qué le queda a la escena de este país? Donde la máxima leyenda lucha en un show pésimo, donde el talento actual (que inclusive ya tiene experiencia en el exterior) es tildado como “el futuro”, “los pibitos”, “inserte nombre falso”, bajándoles totalmente el precio y ellos lo siguen haciendo. (Y esto va a ese talento: ¿cuánto vale tu dignidad? ¿20k, 30k y un rico catering?) Donde minimizan a cero todos tus años de experiencia y vos los aplaudís porque los viste hace 20 años en una tele de tubo. ¿Qué le queda?
Donde un show que se llama 100% Evolución no hace más que involucionar todos los pasos que, con muchísimo esfuerzo, muchísimos huevos y cero pesos, hizo el resto de la escena. Desde acá, desde la mirada de alguien que ya leyó esta historia muchísimas veces, no espero que esto mejore, pero sí que termine.
Gracias por leer.
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